España necesita saber qué formación profesional quiere y armonizar los diversos modelos autonómicos
España necesita saber qué formación profesional quiere y armonizar los diversos modelos autonómicos Académicos y sindicalistas participaron en la Jornada “Empleo y formación profesional”, dentro del ciclo de reflexión sobre la educación española
España necesita saber qué formación profesional quiere tener, cómo armonizar los diversos modelos autonómicos establecidos en estas enseñanzas, y alcanzar un gran pacto educativo que permita formar personas versátiles, adaptables y móviles para el empleo y educadas en valores. Estas son algunas de las conclusiones extraídas de la Jornada “Empleo y formación profesional”, segunda de las organizadas para reflexionar sobre la educación por la Sección de Humanidades, de la Real Academia de Doctores de España (RADE), que presidió su titular, Antonio Bascones Martínez.
El Académico de Número de la Sección de Ciencias Políticas y de la Economía, Rafael Morales-Arce Macías, que moderó la mesa, encuadró el objeto de la discusión señalando que España tiene un alto nivel de desempleo, un 16,5 por ciento de la población activa, que es responsable del 80 por ciento del aumento de la desigualdad. La elevada tasa de temporalidad en el mercado de trabajo es causa directa de la escasa cualificación profesional y la baja productividad. Junto a Grecia e Italia, registramos, en noviembre pasado, los mayores índices de desempleo de menores de 25 años, por encima del doble de la UE-28.
En el curso 2016-17, frente a casi 1,6 millones de estudiantes universitarios, el 50,28 por ciento de la población entre 18 y 25 años, había 8,2 millones de alumnos no universitarios, de los que ochocientos mil, un 10 por ciento del total, cursaban formación profesional (FP). En 2014, nuestra distribución de alumnos entre la FP, 29,2 por ciento, y la educación general, 53,5, estaba claramente descompensada respecto a la media de la OCDE (45,7 y 54), la UE-22 (50 y 49,4), Alemania (42,7 y 47,8), Italia (56,3 y 37,7) o Portugal (56,5 y 41,2).
Descompensada distribución por especialidades
El mayor número de alumnos españoles de FP cursa las especialidades de administración y gestión y actividades de salud y socioculturales, con el 52 por ciento. Comercio, hostelería y turismo suponen un 15 por ciento, desproporcionado con la aportación del sector servicios a la economía nacional. Electricidad, electrónica y mecánica agrupan otro 15 por ciento, insuficiente para el desarrollo esperado en los modelos de producción en los próximos años. Finalmente, con un exiguo 3 por ciento se sitúan los sectores textil, transporte y seguridad.
En 2015, frente a la media europea de un 11 por ciento de abandono escolar, España iba en cabeza con un 20 por ciento, seguida de Italia (14,7), Portugal (13,7), Reino Unido (11), Alemania (10,1), Francia (9,3) e Irlanda (6,9). Las tasas de abandono son inferiores a la media nacional en País Vasco (9,7), Cantabria (10,3), Navarra (10,8), y la superan en Ceuta y Melilla (26,9), Baleares (26,7), Andalucía (24,9) y Extremadura (24,5).
La FP dual, implantada en España en 2012, ha alcanzado a unos 24.000 alumnos, concentrados en casi novecientos centros y diez mil empresas, que suponen un reducido 3 por ciento de estudiantes totales de FP, frente al 60 por ciento de Alemania. En este punto, Morales-Arce subrayó que, años atrás, entre ciento diez mil y ciento veinte mil españoles recibieron ofertas de trabajo que no pudieron aceptar por falta de cualificación profesional, y se autorizó que las cubrieran profesionales de otros países.
No se va a recuperar el empleo perdido
Según el ponente, en los próximos diez años se espera que un 45 por ciento de los trabajos estén automatizados, lo que condicionará los programas formativos. Un 47 por ciento de esos empleos requerirá una elevada tasa de movilidad geográfica, que justificará una FP a la medida de esas necesidades. Tendrán gran importancia los trabajos derivados de la sociedad del conocimiento, la inteligencia artificial y la robótica, el márketing digital, la gestión de las distribución en macrotiendas, el avanzado y eficaz control financiero, el desarrollo de la informática y las comunicaciones, la atención a la salud de una población envejecida, la seguridad física e informática, el respeto al medioambiente y la asistencia social a menores, mayores y personas discapacitadas.
Según todas las expectativas, añadió, no se recuperará el empleo perdido durante la crisis, por lo que no se logrará el objetivo de crear cuatrocientos o quinientos mil puestos de trabajo al año. Y sugirió que se cambie la didáctica actual por una enseñanza activa y realista, adaptada al sujeto y orientada a la formación permanente, y se supere la clase tradicional, con prácticas abundantes y fuerte apoyo de medios audiovisuales e informáticos y técnicas participativas.
Para terminar, Morales-Arce planteó la necesidad de un gran pacto por la educación para mejorar el rendimiento educativo e impulsar el aprendizaje, al menos, hasta los 25 años, y la formación permanente. Con un buen sistema de evaluación nacional, que sustituya a las territoriales. Que se compatibilice la formación escolar con la intensiva, acelerada y adaptada al puesto de trabajo, combinando formación técnica con conocimiento humano. Y se logre un sistema de contratación sencillo y flexible, en el que los contratos temporales sean para trabajos temporales. En resumen, que se formen personas versátiles, adaptables y móviles desde el punto de vista ocupacional.
Educación, asignatura sin aprobar
Para Ignacio Buqueras y Bach, Académico de Número y Presidente de la Sección de Humanidades, “la educación es la asignatura pendiente que en estos cuarenta años de democracia España y los españoles no han sabido aprobar”. La enseñanza debería abordar temas tan relevantes como: el ser español, el valor y la proyección del idioma español, la necesidad de valores, la importancia de la familia y la vía para salir del invierno demográfico que estamos viviendo, sin descuidar una enseñanza de calidad que permita una excelente profesionalidad adecuada a los tiempos. El profesorado, por su parte, deberá tener mayor consideración social y económica, además de máxima profesionalidad.
Las competencias educativas deben ser de la administración central del Estado, continuó Buqueras, y las comunidades autónomas podrán incorporar sus valores históricos, lingüísticos y tradicionales. Para lograr estos objetivos, debería ser la sociedad civil, fundaciones, asociaciones, ONG y asociaciones de padres, profesores y alumnos, la que proponga un proyecto educativo que obtenga la firma de millones de españoles con una campaña bien estudiada.
Se deberá crear, además, el marco adecuado para que surjan nuevos puestos de trabajo que solo pueden crear empresarios y emprendedores, y evitar obstáculos a los autónomos. Los empleos tendrán que ser de calidad y estables, y las empresas deberán tener presente la responsabilidad social, la lucha contra la corrupción, la protección del medioambiente, la igualdad y la conciliación. Todo ello con horarios más humanos y europeos, y la máxima presencia de la mujer en el trabajo.
Armonizar los dispares modelos autonómicos
Ciento sesenta y nueve millones de europeos carecen de competencias digitales (un 44 por ciento de entre 16 y 74 años), que exigirán el 90 por ciento por ciento de los trabajos del futuro, manifestó Sebastián Pacheco Cortés, Secretario de Formación de la UGT. Esta organización sindical propone que se armonicen las normas actuales sobre formación dual, que cada comunidad autónoma está regulando de manera dispar, sin que aparezca un proyecto de ley anunciado para determinar, por ejemplo, si el alumno de esta modalidad es becario o trabajador, como en los modelos alemán, austríaco o suizo. “Nosotros consideramos que deben ser trabajadores de pleno derecho, con la inclusión de un nuevo sistema de representación de aprendices”, dijo Pacheco.
Es necesario impulsar la actualización y recualificación profesional de los trabajadores y, sobre todo, de las competencias básicas de los de baja cualificación profesional, en colaboración con las escuelas de adultos, añadió el representante sindical al exponer sus conclusiones, entre las que citó: organizar la actualización profesional a través de una programación de FP para el empleo adecuada a los cambios, regular la FP dual de común acuerdo entre los ministerio de educación y empleo, con medidas de estímulo para las empresas; impartir certificados de competencia profesional adquirida por la experiencia laboral, desarrollar un mapa de segunda oportunidad para obtener títulos de FP de grado medio y superior, o dedicar parte de la jornada laboral a formación para mejorar la productividad y la competitividad.
María Dolores Santillana Vallejo, Secretaría de Empleo y Cualificación Profesional de CCOO, aseguró que las empresas quieren formar a sus trabajadores de forma específica, pero contratan en condiciones precarias y los recortes han supuesto la desinversión en formación. Al reducirse la oferta formativa de módulos y grados medios y superiores de diversas especialidades, han quedado fuera de la FP reglada muchos alumnos, que tampoco se han podido reenganchar a los centros de formación de adultos por los recortes. “La UE ya ha dado varios toques de atención a España porque no destina a formación el dinero del Fondo Social Europeo planificado para ese fin. Todo esto ha impedido la promoción de trabajadores y de empresas”, agregó.
Para CCOO, prosiguió Santillana, lo primero es saber qué se quiere hacer con la FP dual. “No vale todo, como está ocurriendo ahora. La red de centros públicos tiene que integrar la FP reglada con la FP para el empleo. Muchos de estos centros no se explotan adecuadamente, lo que permitiría impartir otra oferta formativa y especialidades que no se ofrecen. El mercado y las ocupaciones van por un lado, y la formación va por otro”.
Recentralizar la educación
A las intervenciones de varios asistentes, Pacheco puntualizó que la UGT quiere un modelo propio español de FP dual que, al armonizar los diversos sistemas que están aplicando las comunidades autónomas, se acerque al modelo vasco. Los dos portavoces sindicales coincidieron en que la FP reglada y la formación para el empleo deben coordinarse para conseguir el modelo de formación dual, que ya está inventada, sin que cada autonomía haga una cosa distinta, y también en que la formación para el empleo tiene que orientarse a los nuevos puestos de trabajo, las necesidades de las empresas y la reinserción de los desempleados.
Santillana se mostró de acuerdo en que la formación en oficios ha estado mal vista y se optó porque todo el mundo fuera a la universidad, aunque, “afortunadamente, ya no se está viendo así”. El problema, insistió es que, “como todo vale, hay empresas en las que coinciden a la vez chavales que vienen de la FP dual reglada a hacer prácticas sin cobrar; chicos que vienen de la FP dual autonómica con un contrato de formación y cobran; los que vienen de la FP reglada para hacer prácticas de grado superior o medio o los que vienen de la universidad, como becarios, de los que unos cobran y otros no. Hay que poner orden”.
Cerró el acto el Presidente de la RADE, doctor Bascones Martínez, para quien la cuestión fundamental es que la familia y el centro escolar eduquen al niño como persona íntegra y con conocimiento holístico. El nivel cultural y humano en la universidad, advirtió, cada vez es peor: “No saben leer, ni interpretar, ni contestar con una exposición verbal o escrita; saben solo tecnología”. La mayor equivocación que ha tenido España es la transferencia educativa a las comunidades autónomas, dijo, antes de concluir que hay que recentralizar la educación.